El PSOE quiere incrementar la competencia en el sector de los hidrocarburos, de manera que las bajadas del precio del crudo –como la que estamos viviendo ahora- se trasladen a los precios del gasóleo y de la gasolina, esto es, al bolsillo de los ciudadanos, al menos con la misma velocidad y en la misma proporción que lo hace cuando sube.
El PSOE cree que hay que democratizar la economía, lo que implica defender en la legislación, no a las grandes corporaciones, sino a los ciudadanos, a los autónomos y a los pequeños y medianos empresarios, algo que el Gobierno del PP no hace.
Lo que hoy existe en el sector de los hidrocarburos es un oligopolio privado de tres compañías (Repsol, CEPSA y BP) que concentran el 85% de la distribución de la gasolina y el gasóleo, y lo que los socialistas proponen es introducir más transparencia y competencia, más suministradores, para que se rompa ese oligopolio privado y, en consecuencia, tengamos una traslación mucho más rápida del precio del crudo al de la gasolina y el gasóleo.